Hablar del fundamento de algo es referirse a lo que por ningún motivo debe faltar en ese algo; y en educación, según lo manifiesta Eugene M. Schwartz en su libro "Cómo mejorar las calificaciones escolares de su hijo", el fundamento lo constituyen tres sencillas habilidades cuyo desarrollo la escuela no puede darse el lujo de descuidar. Esas habilidades son:
1. La de leer.
2. La de expresar los pensamientos con palabras propias.
3. La de resolver problemas matemáticos.
A partir del pleno dominio de esas tres habilidades, un estudiante puede aprender el contenido de cualquier asignatura que le interese, se le imponga o necesite en un momento determinado de su vida. Lastimosamente en El Salvador, y muy probablemente en otros países, los programas oficiales de estudio progresivamente se fueron saturando con más y más asignaturas y la escuela confundida perdió de vista el fundamento que debía construir; es decir, aquello que es esencial o imprescindible para el logro de una educación de calidad. Y ¿cómo sé yo que la escuela descuidó y sigue descuidando el fundamento de una educación de calidad? Por los comentarios expresados de parte de las universidades y las empresas receptoras de los bachilleres que año con año se graduan en nuestro sistema de educación formal. Dichos comentarios suelen manifestar insatisfacción en cuanto al desempeño de la mayoría de los bachilleres en esas tres habilidades.
