En 1996 la UNESCO, en el libro "La educación encierra un tesoro" publicó el Informe de la Comisión Internacional sobre la educación para el siglo XXI. El contenido del Informe en su totalidad era como un campanazo de advertencia para quienes gobernaban cualquier país en el mundo pero principalmente para los presidentes de países tercermundistas como nuestro querido El Salvador.
Se supone que este libro, como otros que citaremos en otras entregas, lo tenían que haber leído quienes en aquel entonces gobernaban los distintos países del mundo, incluyendo, por supuesto, al Dr. Armando Calderón Sol, presidente de El Salvador en ese tiempo, porque sobre ellos recaía la gran responsabilidad de construir un verdadero plan nacional de educación que se construyera con la participación de todos los sectores sociales y no por una élite de "iluminados" cuyas proyecciones suelen ser de tanta altura que nunca tocan tierra, que es donde están las mayorías populares luchando para lograr una formación que les permita no ser excluídos y vivir dignamente.
Los gobernantes estaban obligados a leer el Informe porque eran ellos los poseedores de la potestad y la responsabilidad de encausar a sus propios países por el camino de una educación más acorde con los desafíos planteados por la globalización y por el avance tecnológico que hasta el día de hoy no da muestras de detener su marcha sino todo lo caontrario. A esa educación que estaría en función de un desarrollo humano más armonioso y más genuíno para hacer retroceder la pobreza, la exclusión, las incomprensiones, las opresiones, las guerras, etc. la Comisión denominó la "utopía necesaria".
El Informe de la Comisión Internacional contiene valiosísima información cuya entrega la hace en tres grandes partes. Horizontes, Principios y Orientaciones. Es en la Segunda Parte donde figura la recomendación que a continuación cito textualmente:
"El concepto de educación a lo largo de la vida es la clave para entrar al siglo XXI. Este concepto va más allá de la distinción tradicional entre educación básica y educación permanente y coincide con otra noción formulada a menudo: la de sociedad educativa, en la que todo puede ser ocasión para aprender y desarrollar las capacidades del individuo".
El Informe ya había mencionado en otro apartado que la educación a lo largo de la vida se basa en cuatro pilares y que son los que a continuación menciono:
1. Aprender a conocer
2. Aprender a hacer
3. Aprender a vivir juntos, aprender a vivir con los demás
4. Aprender a ser
Pese a que han transcurrido unos 15 años desde que se publicó el Informe, la información que nos ofrece no ha perdido vigencia y bien haría los actuales gobernantes del país, especialmenmte el ministro Sánchez Cerén que dirige la cartera de Educación, si retomaran los recomendaciones plasmadas en el referido documento y promovieran un verdadero debate nacional, que al final de cuentas era lo que pretendían los miembros que integraron la Comisión Internacional sobre la educación para el siglo XXI.
En nuestro país cuando se implementa un nuevo proyecto educativo nacional las autoridades siempre dicen que lo han consensuado, pero la población en general ignora quiénes formaron ese consenso y si los que participaron en el mismo eran verdaderamente representativos de todos los sectores sociales y además conocedores de las tendencias actuales de la educación a nivel mundial. Lo más recomendable para generar consenso es el debate nacional y sobre todo cuando de educación se trata.
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